El engaño del Photoshop

No hay nada como hacer un curso de Photoshop para darse cuenta de las increíbles posibilidades de este programa. Pero la cosa va mucho más allá: nunca más miraremos a una foto del “Hola” de la misma manera. Al fin encontramos la respuesta a la famosa pregunta, “¿Por qué la Preysler nunca envejece?”

Las posibilidades son ilimitadas: combinamos dos fotografías, hacemos desaparecer a una persona molesta o la movemos de sitio, integramos cualquier ajuste de luz deseado, quitamos arrugas, aligeramos cuerpos, cambiamos color de ojos… Todo esto y mucho más es posible gracias a este software.

El uso del programa no es fácil y requiere mucha paciencia pero los resultados son tan drásticos que nos motivarán a seguir creando capas como locos. Eso sí, también tendremos que aprender a marcarnos límites en nuestros retoques bajo pena de crear efectos completamente antinaturales.